SESSIÓ CONFIRMACIÓ III MARES
a) Introducció: Catecisme (1285-1303)
En efecto, a los bautizados “el sacramento de la confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma se comprometen mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras”.
En repetidas ocasiones Cristo prometió esta efusión del Espíritu, promesa que realizó el día de Pentecostés: Llenos del Espíritu Santo, los Apóstoles comienzan a proclamar “las maravillas de Dios”.
“Desde aquel tiempo, los Apóstoles, en cumplimiento de la voluntad de Cristo, comunicaban a los neófitos, mediante la imposición de las manos, el don del Espíritu Santo, destinado a completar la gracia del Bautismo.
CONCLUSIÓ: ¿Quin és l’efecte interior de la Confirmació?
1ª sessió: detalls per la transmissió de la fe en la familia. Fonamentat en el Matrimoni. Responsabilitat.
2ª sessió: viure la fe. Conferencia Navarro-Valls. Cristians avui.
3ª sessió: quin és el canvi interior que provoca la gràcia de la Confirmació.
No es tracta només de una missió exterior. Hi ha un canvi real. Interior.
Anècdota: Un día una niña estaba sentada observando a su mamá lavar los platos en la cocina. De repente notó que su mamá tenía varios cabellos blancos que sobresalían entre su cabellera oscura. Miró a su madre y le preguntó inquisitivamente, "Porqué tienes algunos cabellos blancos, mamá?". Ella le contestó: "Bueno, cada vez que haces algo malo y me haces llorar o me pones triste, uno de mis cabellos se pone blanco." La niña se quedó pensativa unos instantes, y luego dijo: "Mamá, entonces…, ¿por qué TODOS los cabellos de la abuelita están blancos?
b) Primera aproximació
Una primera explicació la trobem al mateix catecisme, que ens ha servit d’introducció…
Consagrar: retirar una realitat de l’ús profà a l’ús sagrat. Exemple un altar (Consagració de la Sagrada Família)
Un momento importante que precede a la celebración de la Confirmación, pero que, en cierta manera forma parte de ella, es la consagración del santo crisma. Es el obispo quien, el Jueves Santo, en el transcurso de la Misa crismal, consagra el santo crisma para toda su Diócesis. En las Iglesias de Oriente, esta consagración está reservada al Patriarca:
La liturgia de Antioquía expresa así la epíclesis de la consagración del santo crisma (myron): “(Padre...envía tu Espíritu Santo) sobre nosotros y sobre este aceite que está delante de nosotros y conságralo, de modo que sea para todos los que sean ungidos y marcados con él, myron santo, myron sacerdotal, myron real, unción de alegría, vestidura de la luz, manto de salvación, don espiritual, santificación de las almas y de los cuerpos, dicha imperecedera, sello indeleble, escudo de la fe y casco terrible contra todas las obras del Adversario”.
En el rito romano, el obispo invoca así la efusión del Espíritu: «Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que regeneraste, por el agua y el Espíritu Santo, a estos siervos tuyos y los libraste del pecado: escucha nuestra oración y envía sobre ellos el Espíritu Santo Paráclito; llénalos de espíritu de sabiduría y de inteligencia, de espíritu de consejo y de fortaleza, de espíritu de ciencia y de piedad; y cólmalos del espíritu de tu santo temor. Por Jesucristo nuestro Señor».
Efectes de la Confirmació amb paraules el Catecisme.
Por este hecho, la Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal: – nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir “Abbá, Padre” (Rm 8,15).; – nos une más firmemente a Cristo; – aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo; – hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia (cf LG 11); – nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe mediante la palabra y las obras como verdaderos testigos de Cristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de la cruz (cf DS 1319; LG 11,12).
Conclusió d’aquesta primera aproximació:
Hi ha un efecte real interior. Un canvi. Fixeu-vos en les paraules amb les que comença la tercera part del Catecisme: «Vida en Crist».
“Cristiano, reconoce tu dignidad. Puesto que ahora participas de la naturaleza divina, no degeneres volviendo a la bajeza de tu vida pasada. Recuerda a qué Cabeza perteneces y de qué Cuerpo eres miembro. Acuérdate de que has sido arrancado del poder de las tinieblas para ser trasladado a la luz del Reino de Dios” (San León Magno).
c) Segona aproximació: Evangeli (Jn 3) Jesús i Nicodem.
1 Hi havia un dels fariseus que es deia Nicodem. Era un dirigent dels jueus. 2 Aquest home va anar de nit a trobar Jesús i li digué: --Rabí, sabem que ets un mestre enviat per Déu, perquè ningú no podria fer aquests senyals prodigiosos que tu fas si Déu no estigués amb ell. 3 Jesús li respongué: --T'ho ben asseguro: ningú no pot veure el Regne de Déu si no neix de dalt. 4 Li diu Nicodem: --Com pot néixer un home que ja és vell? És que pot entrar altra vegada a les entranyes de la mare i tornar a néixer? 5 Jesús respongué: --T'ho ben asseguro: ningú no pot entrar al Regne de Déu si no neix de l'aigua i de l'Esperit. 6 De la carn en neix carn, de l'Esperit en neix Esperit. 7 No t'estranyis que t'hagi dit: Cal que nasqueu de dalt. 8 El vent bufa allà on vol; en sents la remor, però no saps d'on ve ni on va. Així mateix passa amb el qui neix de l'Esperit. 9 Nicodem li replicà: --Com pot ser tot això?
EUNSA:
«Existen dos nacimientos; mas él [Nicodemo] sólo de uno tiene noticia. Uno es de la tierra y otro es del Cielo; uno de la carne y otro del Espíritu; uno de la mortalidad, otro de la eternidad; uno de hombre y mujer, y otro de Cristo y de la Iglesia. Los dos son únicos. Ni uno ni otro se pueden repetir». (S. Agustín, In Ioann. Ev. 11,6).
BENEDICTO XVI
Para poder entrar en el Reino de Dios, el hombre tiene que nacer de nuevo, convertirse en otro, renacer del agua y del Espíritu (cf. Jn 3, 5). ¿Qué significa esto?
Dicho de otro modo, para renacer se requiere la fuerza creadora del Espíritu de Dios, pero con el sacramento se necesita también el seno materno de la Iglesia que acoge y acepta.
BENEDICTO XVI (Solemnidad Pentecostés)
«El Espíritu Santo es el Espíritu de Jesucristo, el Espíritu que une al Padre y al Hijo en el Amor que en el único Dios da y acoge. Él nos une de tal manera, que san Pablo pudo decir en cierta ocasión: "Todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Ga 3, 28). El Espíritu Santo, con su soplo, nos impulsa hacia Cristo. El Espíritu Santo actúa corporalmente, no sólo obra subjetivamente, "espiritualmente". A los discípulos que lo consideraban sólo un "espíritu", Cristo resucitado les dijo: "Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu —un fantasma— no tiene carne y huesos como veis que yo tengo" (Lc 24, 39). Esto vale para Cristo resucitado en cualquier época de la historia.
Cristo resucitado no es un fantasma; no es sólo un espíritu, no es sólo un pensamiento, no es sólo una idea. Sigue siendo el Encarnado. Resucitó el que asumió nuestra carne, y sigue siempre edificando su Cuerpo, haciendo de nosotros su Cuerpo. El Espíritu sopla donde quiere, y su voluntad es la unidad hecha cuerpo, la unidad que encuentra el mundo y lo transforma».
BENEDICTO XVI JMJ 2008.
«Os invito por tanto a reflexionar sobre lo que aquí os escribo. Hoy es especialmente importante redescubrir el sacramento de la Confirmación y reencontrar su valor para nuestro crecimiento espiritual. Quien ha recibido los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, recuerde que se ha convertido en "templo del Espíritu": Dios habita en él. Que sea siempre consciente de ello y haga que el tesoro que lleva dentro produzca frutos de santidad»
«Dentro de poco celebraremos el sacramento de la Confirmación. El Espíritu Santo descenderá sobre los candidatos; ellos serán "sellados" con el don del Espíritu y enviados para ser testigos de Cristo. ¿Qué significa recibir la "sello" del Espíritu Santo? Significa ser marcados indeleblemente, inalterablemente cambiados, significa ser nuevas criaturas. Para los que han recibido este don, ya nada puede ser lo mismo. Estar "bautizados" en el Espíritu significa estar enardecidos por el amor de Dios. Haber "bebido" del Espíritu (cf. 1Co 12, 13) significa haber sido refrescados por la belleza del designio de Dios para nosotros y para el mundo, y llegar a ser nosotros mismos una fuente de frescor para los otros. Ser "sellados con el Espíritu" significa además no tener miedo de defender a Cristo, dejando que la verdad del Evangelio impregne nuestro modo de ver, pensar y actuar, mientras trabajamos por el triunfo de la civilización del amor.
d) Tercera aproximació: relat del Génesis
Gen 2: «Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente».
Catecisme 691 el nom propi de l’Esperit Sant: «El término "Espíritu" traduce el término hebreo "Ruah", que en su primera acepción significa soplo, aire, viento».
Lo que mantiene vivo al hombre.
Historia el príncipe y el mendigo.
e) Conclusió final: teología de la gracia, la filiació divina.
Anécdota: Un día un niño vio como un elefante del circo, después de la función, era amarrado con una cadena a una pequeña estaca clavada en el suelo. Se asombró de que tan corpulento animal no fuera capaz de liberarse de aquella pequeña estaca, y que de hecho no hiciera el más mínimo esfuerzo por conseguirlo. Decidió preguntarle al hombre del circo, que le respondió: "Es muy sencillo, desde pequeño ha estado amarrado a una estaca como esa, y como entonces no era capaz de liberarse, ahora no sabe que esa estaca es muy poca cosa para él. Lo único que recuerda es que no podía escaparse y por eso ni siquiera lo intenta". Esto nos sucede a todos en algunos temas, en los que tenemos topes o barreras con las que chocamos porque siempre las hemos visto como insuperables, aunque ya hayamos crecido lo suficiente para vencerlas, y no lo hacemos solo por un porque en algún momento nos detuvieron.
Fotocopies: la gracia de Dios, capítol 4: el don de la gracia y la filiación divina.